Biografía y Libros de Javier Martín-Caro Junoy

Javier Martín-Caro Junoy

Mi nombre es Javier y tengo el don de la oblicuidad. Cosas del estrabismo. Mi ojo izquierdo se enfrenta con mi nariz, como si fuera un planeta atraído por una cierta fuerza de gravedad, con un ángulo exacto de veintitrés grados con respecto a la horizontal. Eso me confiere una mirada angosta y algo perdida a los ojos de los demás, pero para mí es una gran ventaja. Mi campo de visión lateral es más amplio que el del resto, y eso me permite ser más intuitivo. Soy como una cámara de fotos con un objetivo gran angular.

Es cierto que ser bisojo tiene sus inconvenientes. Cuando estaba en el colegio y se puso de moda ver imágenes en tres dimensiones a partir de estereogramas, yo no podía distinguir nada. Seguía las exactas instrucciones que daba el libro, acercando mi nariz hasta que el olor a imprenta me empezaba a abrumar y desenfocaba la imagen con los ojos. Supuestamente tenías que ponerte bizco, por lo que yo pensaba que tendría una ventaja natural. Gradualmente, alejaba el libro de mi cara y, siempre según las instrucciones, en determinado momento debía verse un bonito barco en tres dimensiones. Nada, imposible. Todos los años mis padres me llevaban a la feria del libro y me dejaba elegir un ejemplar. Todos los años compraba la edición correspondiente de El Ojo Mágico y todos los años me frustraba porque mis amigos podían ver todas las imágenes y yo no.

Y eso por no hablar de las malditas gafas rojas y verdes de cristales de celofán. El problema de los estrábicos es que no integramos la imagen que percibimos con los dos ojos. Sólo podemos hacerlo con uno, y el otro se queda indeciso, holgazán, muerto. Vamos, que yo veía la escena en rojo o en verde, pero nunca en tres dimensiones. Ni siquiera me atreví a preguntar si esa imagen se veía en color o en escala de grises. A ojos de los demás, yo veía lo mismo que el resto. Sólo tenía que esperar a que alguien dijera cuál era el dibujo resultante y yo repetía instintivamente que también podía verlo.

Creo que nadie sospechó nunca que no pudiera percibirlo. Es como cuando mi tío me regaló unas navidades El Capitán Alatriste y yo, por no faltar, le dije que me había encantado aunque me hubiera parecido un soberano coñazo. Quién me iba a decir a mí que el señor Pérez-Reverte iba a sacar un libro al año del perverso espadachín durante unos doscientos cuarenta mil siglos.

Soy una exagerado, fueron seis títulos en una década, pero me los tragué todos. Sin excepción. Navidades tras navidades. Y yo, habiendo mentido ya una vez, decidí continuar la farsa rogando a quien corresponda que alguien amputara las manos de Pérez-Reverte. Aunque de poco habría servido, seguro que hubiera seguido escribiendo su hija.

Además, los años ochenta fueron un infierno para los que llevamos gafas, con monturas imposibles que tapaban toda la cara y que te hacían parecer (aún) más feo. Ahora llevo unos anteojos de montura cuadrada y roja, con cristales reductores que minimizan la penosa combinación que forman casi siete dioptrías de hipermetropía, un poco de astigmatismo y el don estrábico.

De pequeño daba pena verme. El pelo cortado a tazón, una camiseta ancha con bolsillo en el pecho -malditos años ochenta-, un minúsculo pantalón de chándal, zapatillas Victoria con calcetines y un parche en el ojo para intentar corregir mis defectos oculares. Me creía un pirata al abordaje de aquellos gandules que se metieran conmigo.

La gente dice que soy culón, que camino como un pato con el pandero respingón pero, una vez más, creo que es una ventaja. Cuando me siento en el suelo traigo el cojín incorporado y, si llevo una mochila a la espalda, mi trasero sirve de apoyo para que la carga sea más liviana. El único problema que tiene mi desproporción glútea es que las tallas de la mayoría de tiendas de ropa no me entran. Es el inconveniente de no ser estándar. Odio lo estándar.

Si yo puedo vivir con todo esto, ¿cómo no lo vas a hacer tú?

Javier Martín-Caro Junoy (Madrid, 1982) estudió Telecomunicaciones en la ETSIT de la Universidad Politécnica de Madrid. El Suspiro Amarillo es su primera novela.

Contacto: elsuspiroamarillo@gmail.com

Información proporcionada por el autor.

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El Suspiro Amarillo de Javier Martín-Caro Junoy

El Suspiro Amarillo de Javier Martín-Caro Junoy

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